jueves, 20 de octubre de 2016



EL  PASTORCITO  MENTIROSO

Por Peloecaña

La tradición popular le atribuye a Esopo, fabulista griego, la autoría del cuento de El Pastorcito Mentiroso y, como en toda fábula, la narración debe dejar un mensaje didáctico, una enseñanza.

El pastorcito del cuento, de tanto engañar a sus vecinos anunciando falsamente la llegada del lobo depredador de sus ovejas, logró perder su credibilidad; a tal punto la perdió que cuando el lobo llegó de verdad, nadie llegó a auxiliarlo y la fiera no dejó títere con cabeza.

Pero como el hombre es el único animal que se tropieza varias veces en la misma piedra del camino y omite arrancarla, por no caer en el hueco que extraerla deja, sigue cayendo.

Eso le está pasando a quienes creen en las mentiras de las FARC y en las de su vocero oficial y oficioso, el presidente Santos de primero.

Los dos, mentirosos consuetudinarios, irredentos e impenitentes, a quienes hace décadas no les queda nada de credibilidad, siguen encontrando crédulos, a pesar de los reiterados engaños y burlas, y todos esos creyentes, motivados por el espejismo de una paz inexistente, por la falta de voluntad de los generadores de violencia en todas sus manifestaciones, especies y tipos, para de verdad tranquilizar y sosegar los espíritus y las almas de esta patria amada, martirizada hasta el infinito.

Juan Manuel Santos Calderón escogió el hobby de jugador de póquer, en cuya práctica se siente tan a gusto, porque nunca ha dudado  que ese ejercicio adictivo es la droga que sacia sus instintos de tahúr, en la medida en que se basa en hacer trampas, decir mentiras y engañar y timar a todos lo que se atrevan a compartir mesa con él, y que le permite gozar y disfrutar de los placeres bajos de la drogadicción. Ese es su hábitat, su bronx.

Repasar su vida familiar, ancestral, es la demostración de una simiente de traiciones y engaños y desengaños. Basta con leer El TIO, de Félix Marín, y ahí encontramos el episodio  oscuro y repugnante, urdido por uno de los herederos del magnate periodístico y expresidente liberal, para sacar del testamento del tío al sobrino y padre de Juan Manuel, por su propio hermano, el padre del exvicepresidente del Dr. Uribe.

Todos quienes han tenido el peligro de ser sus próximos han sido traicionados, sin excepción, que confirme esa conducta; por tanto, su credibilidad no existe, como tampoco existen los acuerdos de La Habana, después del resultado del plebiscito del 2 de octubre de 2016.

Y los paramilitares de las FARC también  padecen  del  mismo mal, carecen del más mínimo átomo de credibilidad, gracias a  su propia voluntad y conducta, porque han demostrado con creces que la paz de Colombia no cabe en sus corazones, no es admitida en sus procederes y porque son alérgicos a la verdad, alérgicos crónicos a la verdad.

Todos los presidentes de Colombia que han intentado ponerle fin a la acción guerrillera, a través del diálogo y la negociación, han sido víctimas de la mentira como medio de lucha de la insurgencia, para acceder a todo el poder, pues como nunca han dejado de sostenerlo y practicarlo, todos absolutamente todos los instrumentos para lograr la hegemonía comunista se valen, porque para las FARC y sus conmilitones, el fin justifica los medios.

Con Santos no tiene por qué haber excepciones, máxime cuando los dos beben de la misma fuente ideológica, el marxismo; así se llama el cordón umbilical que los une. 

Por eso, respetuosos admiramos las intenciones de diálogo de los doctores Pastrana, Uribe, Ordóñez, Martha Lucía Ramírez y demás líderes de la bien lograda victoria en el plebiscito del 2 de octubre; pero como los hechos son tozudos, nos resistimos a creer en la buena fe de su contraparte, el gobierno y la guerrilla, orquestada por todos sus áulicos de la mesa de la unidad, las altas cortes y el periodismo fletado y prepago.

Lo imprescindible por ahora y lo fundamental para Colombia, es darle forma inmediata a una gran coalición que tenga los arrestos y los votos suficientes, para deponer tan nefanda tenaza, FARC- gobierno corrupto de Santos y sus correligionarios.

Cada día que aplacemos esta decisión estamos festinando el futuro inmediato de Colombia. De eso quedan notificados las doctoras Marta Lucía Ramírez, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal y todo ese selectísimo grupo de mujeres patrióticas que viven y sienten la Patria como algo que llevan en sus entrañas.

La misma notificación va para los doctores Álvaro Uribe, Andrés Pastrana, Alejandro Ordóñez, Fernando Londoño, Jaime Castro, Plinio Apuleyo Mendoza, Juan Lozano,  Carlos Holguín, Mariano Ospina, Enrique Gómez, igual para los Generales Harold Bedoya y demás integrantes patriotas de ACORE, para el Coronel Plazas Vega y para todos los hombres libres de la tierra del café y para la juventud que no quiera llevar el hierro en el cuello, por pesado y humillante.

La cuota inicial, la primera victoria del triunfo final se cumplió el 2 de octubre de 2016.


1 comentario:

  1. Sesudo y ameno como siempr y con su contenido de extraordinaria ensenianza. Buena esa Maestro Peloecana

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