miércoles, 26 de octubre de 2016

"Los periódicos  que deberían ser los educadores del público son sus cortesanos, cuando no sus rameras". (Barbey D´Aurevilly)




SUPERPELIGROSO 
Por Peloecaña

La sabiduría popular ha vuelto norma de conducta prudente observar estas máximas, so pena de correr riesgos  de impredecibles consecuencias:

"Más peligroso que un bizco con un fusil".
"Mas peligroso que una aguja en un tamal".
"Más peligroso que un tiro en un oído".

Pero la experiencia y el diario acontecer nos obligan a concebir otros eventos de peligrosidad superior. 

¿Acaso no es más peligroso un comentador sesgado o un amanuense prepago, con columna periodística propia, que los tres episodios   anteriores juntos?

Como no se trata de hacer afirmaciones gratuitas, sino de ponerle sustento probatorio a mis decires, quiero citar casos puntuales:

La revista Semana tiene a su servicio, y les ruego tomar esta frase de manera literal, colaboradores permanentes, que escriben con el hígado, con la vesícula biliar, antes que con el cerebro.

Desde luego que a algunos hay que abonarles su pasable estilo literario y su buen manejo del idioma; a otros no tanto, pues se limitan a llenar cuartillas sin importarles la estética, el buen manejo de la pluma.

Daniel Coronel, María Jimena Duzán, Antonio Caballero, Daniel Samper Jr., Joaquín Robles  y Vladdo, entre otros, en vez de hacerle todos los días monumento a la enemistad, deberían preguntarse y contentarse, con sinceridad y certeza, cuál ha sido su aporte a la paz de Colombia.

Y el bosque frondoso de los medios de comunicación, en general, no se queda atrás en la peligrosidad de sus cronistas y opinadores, todos con cuota negativa a la realización  de la paz y la armonía social y, por el contrario, con saldo cuantiosísimo a la polarización y odio entre los colombianos.

Ahora que aparecen defensores a porrillo de la paz fementida, pretendida entre los paramilitares de las FARC y el resto del país, todos, sin excepción, sindican a los electores por el NO en el plebiscito de guerreristas, intransigentes y dilatorios y le dan presunción de derecho, es decir que no admite prueba en contrario al gobierno y a la insurgencia de total buena fe y de certidumbre de las cláusulas pactadas en La Habana, acto jurídico de voluntades al que se llegó sin acuerdo, sino impuesto por el estilo  omnímodo de la guerrilla.

Entonces, según esos peligrosos opinadores sesgados y fletados, el triunfo del NO es inocuo, no produce efectos jurídicos y el gobierno está obligado, con el respaldo de la Constitución y la ley, a transferirle al 83% de los colombianos que no se manifestaron a favor del SI, la imposición de las FARC que el régimen aceptó timorato y cobarde.

Según los igualmente peligrosos panfletarios hay que apurarle a poner en vigencia la claudicación y el armisticio impuesto por los violadores de todo el derecho internacional humanitario a las mayorías triunfantes, que no coincidieron con el gobierno Santos, porque ya el tiempo se ha agotado. Más de seis años le dan la razón a los derrotados, porque la norma de oro de la democracia, a partir de ahora, es el régimen de minorías.


¡Ni tanto deshonor, ni tanta indignidad!

1 comentario:

  1. Excelente. Aquellos que se dedican a escribir (?) o más bien a destilar su odio personal o por encargo, no debieron perder el tiempo en una universidad porque para ser meretriz ni el kinder se necesita.

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