lunes, 2 de enero de 2017




LA CANDIDATURA PRESIDENCIAL DEL DOCTOR ALEJANDRO ORDOÑEZ MALDONADO

POR PELOECAÑA


Hastiados como estamos de 6 años de traiciones, equivocaciones deliberadas y corrupción inconmensurable, desgobierno y anarquía, todos, tirios y troyanos, solamente esperamos con vehemencia el término de este mandato funesto y tétrico.

Como ya de todos es sabido, la primera elección del mandatario actual fue el fruto de una equivocación colectiva monumental, que nos ha permitido confirmar que  la certeza  de  la sentencia que consagra "vox populi, vox dei" no siempre es válida. 

Nació ese mandato, aupado sobre la iniquidad y el engaño, cuya primera víctima fue el colombiano sabio e impoluto, doctor Andrés Felipe Arias Leiva, y tales,  iniquidad y engaño, como un auténtico efecto dominó dejaron tendidos en la Patria Colombiana a su familia y a todo el sistema democrático, hasta entonces vigente.

Pero como cuatro años de depredación  y felonía no fueron suficientes para satisfacer los instintos primarios insaciables del  tahúr que detenta la primera magistratura, para desgracia de todos, decidió continuar a la cabeza del Estado y se lanzó a la reelección presidencial, y con el elemento "a sabiendas", es decir con plena intención de hacer mal, logró su propósito maligno y para conseguirlo no dudó en repetir la dosis que le aplicó al doctor Arias, a otro colombiano emérito, el doctor Luis Alfredo Ramos Botero, y lo eliminó de la competencia, igualmente a sabiendas, es decir con toda la mala leche y, como en el primer caso, sacó de circulación al más visible de todos sus hipotéticos contendientes.

Y no contento con su insolvencia moral, también infiltró la campaña de su oponente y, literalmente, se robó el triunfo electoral.

Una coincidencia patética, por calificarla de alguna manera, es el común origen  geográfico de los protagonistas de estos episodios vergonzosos de la historia reciente de Colombia: 

El doctor Arias Leiva, antioqueño epónimo, el doctor Ramos Botero, montañero de todo el maíz; el doctor Álvaro Uribe Vélez, como los dos,  también antioqueño, y mentor del bogotano palitraquero, mentiroso y audaz como ninguno, Juan Manuel Santos Calderón.

Antioqueños también Nohemí Sanín Posada y Sergio Fajardo Valderrama, los dos calanchines del tahúr bogotano. La historia ya los juzgó.

Este preámbulo, para aterrizar en el tema central de este mensaje: la candidatura presidencial del doctor  Alejandro Ordóñez Maldonado.

¿Por qué él es la mejor opción en mi modesta opinión?

1°  Por la calaña personal de sus detractores.

Dime con quien andas y te diré quien eres. Como la miel atrae a las abejas, la identidad de personalidades y la afinidad de procederes son factor aglutinante de las asociaciones y de la unión  entre grupos de personas.

La familia Samper, Ernesto, Daniel, y Daniel su hijo; la senadora Claudia López y su pareja; las FARC; la Mesa de la Unidad Nacional; la mayoría de los Consejeros de Estado; los colectivos de personas diferentes; los que se sienten mejor sin ataduras religiosas; los marxistas, en fin, son todos ellos los enemigos de su candidatura;  esa unidad de tirrias, que impulsa a tales personas, es lo que nos aúna en torno a la persona y a las ejecutorias del doctor Alejandro Ordóñez Maldonado. 

Por su bondad integral para ejercer la Presidencia de la República, estamos con él. 

2° Por su sapiencia y solvencia moral.

Como tenemos la opción de escoger el mejor, es por lo que su candidatura presidencial nos conmueve y anima.

Ha demostrado, hasta la saciedad, su solvencia ética y su sabiduría jurídica; nunca sus detractores podrán combatirlo, por decisiones institucionales  contrarias a la razón o al Derecho.

Sin embargo, los mismos que exigen respeto para las minorías diferentes que, desde luego, lo merecen, le niegan al doctor Ordóñez su opción libérrima, la de creer en su conservatismo y la de profesar su fe católica.

Esos son los que mentirosamente se autoproclaman respetuosos de la opinión ajena, del libre albedrío y enemigos del fundamentalismo ideológico.

Por la reciedumbre moral de su conducta, por su congruencia ideológica y por su talante integral de hombre de bien, por eso estamos con él.

3° Porque no queremos más de lo mismo.

Colombia está en las simas donde posa, por haber abandonado el respeto y culto a los valores positivos, que otrora, no hace mucho,  fueron su norte y que constituyeron para la sociedad auténticos propósitos nacionales.

Abandonamos el respeto al derecho ajeno y, en su reemplazo, accedieron a la brava la corrupción, el narcotráfico, la injusticia, el imperio de la voluntad del más vivo; se cambió el Solio de Bolívar por la mesa del garitero y el asiento del tahúr; hemos aceptado como guardián de la virtud de nuestras hijas a la dueña del prostíbulo; y cuidan la integridad física y moral de nuestros niños los pederastas y aberrados.

Por eso rodeamos confiados y seguros al doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, porque es garantía cierta e inequívoca de que tiene la sabiduría y la probidad suficientes y los arrestos necesarios para plantar la libertad y el orden, en lugar de lo que vergonzosamente hoy impera, la tiranía, la complicidad y la manguala y la compraventa.

Invito, respetuoso, a todos los líderes de la opinión colombiana, entre ellos a los doctores Andrés Pastrana Arango, Álvaro Uribe Vélez, Fernando Londoño Hoyos, Jaime Castro, Iván Duque, Carlos Holmes Trujillo, Oscar Iván Zuluaga, y a la doctora Martha Lucía Ramírez a que se unan de manera sólida y generosa, en busca de lo mejor para Colombia. Presurosos y entusiastas los acompañaremos. 

Todos debemos entender que esa unidad, en torno de la salud de la patria, es necesaria e imprescindible; no es momento de satisfacciones personales, ni de hipertrofia del ego.

Así como pudimos vencer rechazando los acuerdos de La Habana, combatiendo y derrotando todo el poder corruptor del Estado y enfrentando la violencia criminal de la guerrilla paramilitar, nuestra vocación sigue siendo de triunfo y debemos ganar la madre de todas las batallas. 

También debemos cuidar la seguridad personal e institucional de nuestro candidato, impidiendo cualquier acción tendiente a sacarlo de la contienda electoral.

Doctor Uribe, si usted se echó literalmente al hombro la candidatura presidencial del actual presidente, la del doctor Alejandro Ordóñez Maldonado sí es confiable, él es un hombre limpio y capaz, sin pliegues ni recovecos en el alma, auténtico y leal. Lo ha demostrado con creces.


1 comentario:

  1. Aunque el organismo que se tomó el atrevimiento de pervertir, anular y maldecir el Decreto milenario "VOX POPULI, VOX DEI", millones de colombianos le vamos a demostrar a éste organismo mal llamado "iglesia católica" que éste decreto SIGUE VIGENTE Y QUE LA VOZ DE DIOS NO SE CALLARA

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