A
LAS COSAS POR SU NOMBRE Y A LAS PALABRAS POR SU REAL SIGNIFICADO
Por Peloecaña
El pasado 14 de junio hicieron la presentación de la Directiva
para la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos.
En un país civilizado esas personas que asumen la defensa de derechos
tan esenciales y elementales no necesitarían de protección por la bondad
implícita de su actividad.
Sería tanto como instituir la directiva de los derechos de las madres,
frente a los atropellos de sus hijos; pero la realidad social es otra y ya lo
inalienable es lo conculcable y la dignidad de las personas es absolutamente
episódica y supeditamos los derechos de los animales a los de los seres
humanos. Así anda el mundo de hoy.
Ahora es líder quien habla más duro, aunque no sea jefe ni guía
de alguien, y defensor se confunde con quien asume la causa de lo
indefendible.
Hasta tal grado de confusión hemos llegado, que los apologistas de los más
evidentes y reiterados violadores de los auténticos Derechos Humanos se
ganan el epíteto de líderes y defensores. Si, amigo lector, no se llame a
escándalo, ni sienta que está leyendo la opinión enajenada de un loco.
En reunión de verdaderos líderes del mundo, realizada el 10 de diciembre de
1948 en el Palais de Chaillot de París, se expidió la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre que fue adoptada por la Asamblea General
de la Naciones Unidas.
Por eso expresaron: DECLARAMOS.
Y a continuación plasmaron en 30 artículos lo que todos aceptamos que
constituyen los Derechos Humanos.
Repasando una por una esas exaltaciones de la dignidad humana, encontramos
que todas, sin excepción, han sido conculcadas y pisoteadas por las acciones
continuadas de las FARC y demás grupos guerrilleros que operan en Colombia y en
el mundo, llámense como se llamen.
En Colombia, el régimen de turno, el actual, acostumbrado a violar
toda normatividad institucional vigente, hace caso omiso del texto y del
espíritu de la cláusula trigésima de la Declaración Universal de los Derechos
del Hombre, entendiendo la expresión hombre, como sinónimo de humanos, y
que a letra dice: "Artículo 30º.
Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que
confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para
emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión
de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración."
Los Acuerdos de La Habana son paradigma de la violación a ese
artículo 30º.
Atendiendo el tenor de lo transcrito, en este caso concreto, Colombia es el
Estado transgresor y las FARC el grupo también transgresor.
El señor Procurador, Dr. Fernando Carrillo Flórez, que en el acto público
de presentación a que arriba me refiero,
expresó : "Hoy es un día
especial para la Procuraduría General de la Nación. Es un día para ratificar
nuestro compromiso con la Constitución Política y con su carta de
derechos."
Como el movimiento se demuestra andando, quiero pedirle, respetuoso, que
ejerza sus funciones a plenitud, no solo para proteger los derechos de los
"líderes" sociales y los de los "defensores" de los
derechos humanos, siempre proclives al marxismo leninismo y a las
guerrillas ídem, sino a los de todos los humanos que habitan o habitaron
en Colombia y que exija de las autoridades judiciales competentes que no
permitan que los autores intelectuales del magnicidio del más ilustre de todos
los colombianos, el Dr. Álvaro Gómez Hurtado, sean declarados inocentes por
prescripción de la acción penal.
Que tampoco permita que la Honorabilísima Corte Suprema de Justicia defina
la situación jurídica del Dr. Luis Alfredo Ramos Botero, después de que se
hayan cerrado las inscripciones para los candidatos a la Presidencia de la
República.
Que la Sala Penal de la primera autoridad judicial actúe con la misma
presteza con la que ordenó a la Fiscalía la libertad del guerrillero, reclamado
en extradición por un Juez Americano, decisión tomada de oficio y que
provocó la airada y justa reacción del Gobierno de los EE.UU. a través de su
Embajador en Bogotá.
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