domingo, 25 de junio de 2017





LOS  DOCTORES RODRIGO LLOREDA CAYCEDO Y ANDRÉS PASTRANA ARANGO

Por Peloecaña

Como en estos días se han lanzado opiniones, que son juicios de valor, contra el expresidente Andrés Pastrana Arango, a raíz de las diferencias particulares sobre temas públicos que tuvieron que ver con las actuaciones, también públicas, del expresidente con su Ministro de Defensa, Dr. Rodrigo Lloreda Caycedo, resumidas dichas opiniones en una frase piedracielista: "Pastrana echó a Lloreda como a un perro del Ministerio de Defensa", no puedo dejar pasar indiferente tal afirmación, pues sencillamente riñe con la verdad.

El Dr. Rodrigo Lloreda Caycedo fue un colombiano insigne y epónimo; negarlo es no solo una gran necedad, sino la más grave y tamaña de las injusticias.

Además de ser, quizá, el más destacado exponente de la sociedad vallecaucana, enriqueció  su abolengo con rutilantes merecimientos académicos y con su bonhomía ejemplar; de él se puede decir, sin duda ni titubeo, que fue un hombre justo, sabio y probo y que brilló con luz propia por donde quiera que anduvo.

Fue notabilísimo militante del Partido Conservador; jamás fue inferior al legado de sus mayores, especialmente al de su padre, Don Lalo Lloreda.

Cuando el Partido Conservador se dividió, en torno a las figuras de dos de sus más grandes figuras, los Dres. Laureano Gómez Castro y Mariano Ospina Pérez, Don Lalo, tomó partido al lado del expresidente Ospina y otro valluno cimero se alineó en esa lucha fratricida bajo las banderas del Laureanismo, el Dr. Álvaro H. Caycedo.

Desde las columnas del diario Occidente Dirigido por Don Álvaro H.,  los laureanistas se atrincheraron y fue fuerte de combate en esa confrontación, el periódico El País, fundado por Don Lalo Lloreda. 

El Dr. Rordrigo Lloreda Caycedo fue primero ospinista de alta notoriedad y después pastranista también notabilísimo. 

Por su capacidad personal y por sus méritos políticos, fue Senador por el conservatismo  del Valle del Valle del Cauca; antes había ejercido, con lujo de competencias, la Gobernación de su Departamento y la Alcaldía de Cali;  también fue Ministro de Educación, Ministro de Relaciones Exteriores, y Ministro de Defensa; Designado a la Presidencia de la República;  Embajador de Colombia ante el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica; y candidato Presidencial, por el Partido Social Conservador, siempre dentro de los postulados de su colectividad.

Pocos colombianos pueden ostentar tan brillante hoja de servicios, a su ciudad natal, a su región de origen, a la patria amada y a su colectividad, y siempre se desempeñó con lujo de competencia y con eficiencia ejemplares.

Del Dr. Andrés Pastrana Arango se puede hacer la reseña anterior; no voy a repetir su hoja de servicios a Colombia, porque el país lo conoce, porque sigue siendo protagonista de vanguardia en la lucha permanente por lograr una patria grande respetada y digna.

Sus detractores no han podido ensombrecer su imagen de excelente patriota, de hombre de estado y de colombiano íntegro.

Su sola denuncia pública para defendernos de ignominioso epíteto de haber sido un estado fallido, por la vesania del presidente que nos llevó a ser la narcodemocracia del momento en el mundo, es suficiente título para entrar a la historia de Colombia, por la puerta grande. 

Fueron condiscípulos del Dr. Rodrigo Lloreda Caycedo, entre otros, los Dres. Álvaro Leyva Durán y Fernando Londoño Hoyos, los dos lo conocieron y por eso lo admiraron y quisieron entrañablemente.

Por sus firmes convicciones, siendo candidato presidencial por segunda vez, el Dr. Pastrana Arango se embarcó, en la azarosa empresa de hacer realidad el texto y el espíritu del artículo 22º de la Constitución Política de Colombia, que dice: "La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento".

Su texto es tan nítido y contundente que no admite interpretación distinta a la literal.

Como el candidato Pastrana Arango y el político Leyva Durán son amigos de verdad y de vieja data, por lo menos desde que Leyva fue Secretario Privado del expresidente Misael Pastrana Borrero, y el primero era alumno de bachillerato, del Colegio San Carlos, fue por lo que el Dr. Álvaro Leyva Durán fue facilitador del encuentro entre el entonces candidato presidencial y el jefe guerrillero, Manuel Marulanda, alias "tirofijo".

El Dr. Andrés Pastrana Arango se la jugó sin ahorros ni restricciones por la paz ante la faz del país, circunstancia que  el Dr. Lloreda desde entonces conocía y aún así aceptó el Ministerio de Defensa, y por algo su amigo, el Presidente, decidió confiarle tan honrosa y delicada dignidad.

Los seres humanos tenemos la opción libérrima de escoger nuestros amigos, oportunidad que afortunadamente nunca se nos da, en cuanto a nuestros consanguíneos se refiere.

Desde luego, la amistad es un sentimiento mutuo y recíproco de compartir afectos y solidaridad y, como buenos amigos que fueron, esa reciprocidad y mutualidad siempre fue un imperativo moral para los Dres. Pastrana Arango y Lloreda Caycedo. Sin duda se las debían los dos; jamás pudo ser unilateral, es decir solamente, en el sentido Presidente - Ministro.

Muy seguramente, un equivocado manejo por parte de Víctor G. Ricardo, en las comunicaciones con el Ministro Lloreda y con los altos mandos militares, y el descontento con los diálogos con las FARC y el mantenimiento de la zona de distensión en el Caguán, sumado eso a la falta de una comunicación más fluída entre el Ministro y el Presidente y al estado de ánimo bien difícil por el que atravesaba el Dr. Lloreda, debido a sus quebrantos de salud, lo llevaron a tomar la decisión menos apropiada.

El momento escogido para presentar su renuncia al cargo de Ministro de Defensa cuando se celebraba un certamen internacional de transcendencia continental, con la presencia de Jefes de Gobierno y autoridades de los países del Pacto de Cartagena; el medio escogido para presentar la renuncia, en una rueda prensa, lejos de las más elementales normas protocolarias, llevaron al Dr. Lloreda a ser inconsecuente con las más elementales normas de cortesía con el Presidente Pastrana y a ser inferior a la fortaleza de los lazos de amistad que siempre los unieron a estos personajes eminentes, responsables del manejo de la paz en el país.

Todos los Generales que alentaron al Ministro a equivocarse, después, en presencia de su Comandante en Jefe, echaron reversa y dejaron solo al Dr. Lloreda.

Un caso para destacar, el entonces comandante del Ejército, General  Mora Rangel, descontento con el despeje del Caguán e instigador de la renuncia del Dr. Lloreda, años después periclitó; fue sometido a los vejámenes, por varios años, de pasar por debajo de las Horcas Caudinas de las FARC  en el paraíso turístico de La Habana.

Y lo más injusto y lamentable para el Dr.  Rodrigo Lloreda Caycedo, por estar basado en una sarta de mentiras, la actitud de su compañero de clase, Dr. Fernando Londoño Hoyos, que durante años no ha cejado de vilipendiar y maltratar al expresidente Pastrana Arango, como si a él, frente al caso de la renuncia de su Ministro de Defensa, le hubiera quedado una opción distinta, a la de aceptar la renuncia irregularmente presentada, por su amigo del alma.

Quienes hemos sido asiduos escuchas del programa radial, La Hora de la Verdad, somos testigos de la campaña mentirosa que le endilga al expresidente Pastrana Arango, que cuando llegó al poder el Presidente Uribe todo estaba perdido; las Fuerzas Militares y de Policía andaban desnudas y descalzas, desarmadas y sometidas y humilladas frente a la insurgencia guerrillera, omitiendo, de mala fe, que fue Pastrana el autor del Plan Colombia, que le permitió al Dr. Uribe mejorar la situación del país y llevar a cabo la Seguridad Democrática.

Solo me resta formular fervientes votos por el éxito de la consolidación de la Gran Alianza por Colombia, que en buena hora han decido poner en marcha los verdaderos amigos de la paz.

Que la voces disonantes no tengan eco, ni en las mentes ni en los corazones de quienes asumieron tan laudable y descomunal compromiso.


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