BASTA YA
Por Peloecaña
Hace centurias, al pensador francés Pascal le dio por escribir: "La verdad está tan obnubilada y la
mentira tan sentada, que a menos de amar siempre la verdad, es imposible
conocerla".
Pero antes que Pascal, el Maestro de maestros había dicho: "La verdad os hará Libres".
Mahatma Gandhi sentenció: "Aunque
la verdad esté en minoría, seguirá siendo la verdad".
Para Aristóteles, "La única
verdad es la realidad".
Séneca opinó: "El lenguaje de la
verdad es simple y sin artificios".
"El río de la verdad
va por un cauce de mentiras", proclamó
Rabindranath Tagore.
"La mayor parte de
los hombres, falseando la verdad, quieren aparentar ser mejores": Esquilo.
Sócrates nos legó: "La mentira
gana basas, pero pierde el juego".
Y el Manco de Lepanto escribió:
"La verdad adelgaza, pero no quiebra."
Seguramente, si se hiciera una compilación de las frases encaminadas a
exaltar las bondades de la verdad y señalar el asco que produce la mentira, se
lograría una enciclopedia de varios tomos.
Este preámbulo para significar, que estoy hasta la coronilla de tanta
alharaca utilizando la mentira con pretensiones rabiosas de verdad.
De tanto apurar mentiras empacadas en envase auténtico de bebidas espirituosas como el
champan "veuve de
clicquot", cuando no dejan de ser simple guarapo fuerte, estamos
perdiendo el buen gusto y, por obra del mentiroso con fama de certero, estamos
entre los creyentes de embustes y leyendas.
Nos han vendido la idea, con un tremendismo propio de Manuel Benitez,
"el Cordobés", que estamos frente al arte y la maestría profunda de
Santiago Martín "el Viti".
¡Pues ya se colmó la copa, no admitió la última gota y se derramó! A
raíz de la sentencia de la Corte Constitucional que, dicen, blindó los acuerdos
de La Habana consagrando como fallo ejecutoriado y, desde luego, en firme la
imposibilidad de modificar, bajo ninguna eventualidad jurídica, los malhadados
y nefandos acuerdos, antes de que transcurran tres períodos presidenciales y
del Congreso de la República, nos tenemos que tragar ese sapo o, lo que es
parecido, comulgar con ruedas de molino.
¡Pues no! el hiperbólico y barroco jurista que tal afirmación hace, ante
nuestra pereza intelectual, ha asumido la delegación que nadie le ha otorgado
de leer por todos nosotros, lo que no está escrito; entonces, de su lectura
sesgada y premeditadamente mentirosa, continúa el proceso lógico e
interpreta, para sus oyentes y lectores, según sus conveniencias, las
sentencias que no dicen lo que el sabio jurista dice que dicen.
¡Pues bien! como primero cae un mentiroso que un cojo, de donde menos se
espera, del cubilete de un mago anodino, salta la liebre.
El eminente jurista, Dr. Miguel Ceballos Arévalo, ex viceministro de
Justicia y Decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la
Universidad Sergio Arboleda, que sí leyó a conciencia el fallo del
supuesto blindaje y que está bien lejos de ser filosantista, coloca las cosas
en su lugar, cuando, para la Revista Semana, escribe: "Volvió a ganar el NO".
Permítanme rematar este escrito, citando a Stephen King: "La confianza de los inocentes es la
más útil herramienta de los mentirosos”.
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