lunes, 6 de noviembre de 2017




LA COMISIÓN DE LA VERDAD

Por Peloecaña

Hoy nos anuncia el diario El Tiempo que estamos ad portas de conocer a quienes serán los integrantes de  la Comisión de la Verdad, que ha de ocuparse de labores que tienen que ver con el desarrollo de los acuerdos de La Habana, dizque para cumplir con la reparación de las víctimas del conflicto armado y, enterándome de quienes están preseleccionados para tan rimbombante responsabilidad, podemos afirmar que "si por la víspera se saca el día", tamaña paliza le espera a la verdad.

Un conocido, experto en blandir el garrote para llenar de hematomas y chichones a la tan sufrida verdad, es Gonzalo Sánchez, director del Centro de la Memoria Histérica que, bajo su batuta, llegó a la conclusión exacta y verdadera que los únicos responsables de la violencia en Colombia son el Partido Conservador, la Iglesia  Católica y el doctor Laureano Gómez.

Con esa conclusión de única instancia y tan objetiva y meridiana, y con tan autorizada jurisprudencia histérica, no hay que ser Sherlock  Holmes para conocer, desde ya, el veredicto de la mitomanía reemplazante de la verdad; es decir, de la no coincidencia de los hechos sucedidos, con la manera de contarlos, valorarlos y juzgarlos.  

También está postulado a ser miembro de ese juez colegiado que dará su veredicto, ese si histórico, al lado de Gonzalo Sánchez, el famoso padre De Roux, y no me perderé las peripecias, malabares y las dotes de equilibrista que ha de ejecutar,  para  manejar su condición de  sacerdote católico, y la sentencia condenatoria a la Iglesia de  Cristo que, según algún destacado periodista, ya es cosa juzgada y solo falta conocer la pena que, junto con el Partido Conservador y el doctor Laureano Gómez, debemos pagar las ovejas del Padre De Roux por los cientos de miles de víctimas de la violencia en Colombia.

¿O será que Gonzalo Sánchez irá a aplicar la "revocatoria directa" ante  tamaño exabrupto, para poder ser juntos, sacerdote y calumniador, jueces de la misma causa en  Sala del mismo Tribunal?  

También van a ser parte de la Comisión de la Verdad un vasco, seguramente delegado de ETA; un peruano, en representación de Sendero Luminoso y un antropólogo cubano, tal vez disidente el régimen castrista. 

Me pregunto: ¿Que carajo tienen que hacer personas extranjeras en los juicios que se adelanten en Colombia para dirimir nuestros conflictos y diferencias?

Por pura desocupación y falta de oficio, me permito postular, en serio, los siguientes colombianos para integrar, de verdad,  esa comisión:

- Humberto de la Calle Lombana, exvicepresidente de Samper, padre putativo de la Constitución vigente, y padre biológico de los Acuerdos de La Habana y el General Jorge Enrique  Mora Rangel, General del otrora glorioso Ejército de Colombia  y también negociador, a nombre del régimen, de los monólogos de La Habana.

- El Doctor Álvaro Leyva Durán, exsecretario privado del Presidente Misael Pastrana Borrero, Diputado a la Asamblea de Cundinamarca, Representante a la Cámara y Senador de la República y exministro de Estado, todo lo anterior en representación del Partido Conservador; protagonista importantísimo de la liberación del doctor Álvaro Gómez Hurtado, cuando fue secuestrado por el M19; Constituyente de la Asamblea que estudió, debatió y expidió la Constitución de 1991, elegido en la lista de M19  y asesor político de las Farc en el proceso de paz y en la implementación de los Acuerdos de La Habana.

- El doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, exconsejero de Estado y exprocurador insigne de la Nación.

Y el doctor Fernando Londoño Hoyos, exministro del Interior y de Justicia en  el primer cuatrienio del Presidente Álvaro Uribe Vélez, Director Honorario del Centro Democrático y Director propietario de La Hora de la Verdad.

Todos los candidatos propuestos son colombianos que superan con creces, en atestados, a los que reseña El Tiempo de hoy, y representan todas las vertientes de opinión que hay en el panorama político Nacional y, con ellos, la verdad estará más segura y en menos riesgo de ser conculcada.


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