viernes, 24 de agosto de 2018





CÓMO DUELE COLOMBIA. Segunda parte.

Por Peloecaña

En el artículo anterior habíamos quedado en la protocolización de los partidos. Continuamos.

El Partido Liberal que apenas acababa de nacer, aún no se había destetado; nació el 16 de julio de 1848,  por iniciativa de sus jefes y con el respaldo de las sociedades democráticas, mayoritariamente integradas por  presuntos artesanos, creadas, orientadas,  dirigidas y tuteladas  por los jefes de entonces, decidió debutar públicamente en el acto de elección del Presidente de la República, entrando por la puerta de atrás a la historia de Colombia.

Las sesiones del Senado, sucedidas los días 6 y 7 de marzo de 1849, son los hechos más antidemocráticos, bochornosos y vergonzantes de nuestra historia republicana. Allí, una turba enardecida y previamente embriagada, tumultuosa y violenta, bajo la amenaza de puñales y garrotes, de manera intimidante, eligió el primer Presidente liberal de Colombia.

En esa sesión vergonzosa, en el último voto escrutado, el emitido por el Dr. Mariano Ospina Rodríguez, se leyó: " Voto por el general José Hilario López para que no sea asesinado el Congreso granadino". 

Sostiene el general Joaquín Posada Gutiérrez, eminente cronista e historiador cartagenero, testigo de los hechos acaecidos, que la constancia del voto de Don Mariano Ospina Rodríguez hubiera sido más digna de encomio si hubiera dicho: "Voto por el doctor Rufino Cuervo, aunque sea asesinado el congreso". Coincido plenamente con la apreciación del historiador.

CÓMO  DUELE COLOMBIA.

El actuante político liberal Dr. Rafael Pardo Rueda, hasta hace pocos días Ministro del gobierno saliente, ha escrito un voluminoso libro que tituló: La historia de las guerras, en el cual, con honestísimo rigor histórico, y corriendo todo el riesgo de ser descalificado por algunos de sus copartidarios, nos narra cómo mas de la mitad de las guerras que en Colombia ha habido, fueron iniciadas, propiciadas y casi siempre perdidas, por jefes liberales que se negaban a aceptar la vigencia de los gobiernos conservadores, constitucional y legítimamente elegidos.  Esto sucedió en la segunda mitad del siglo XIX .

Derrotado el Partido Conservador en 1930, accede al poder nuevamente el liberalismo y es elegido Presidente el Dr. Enrique Olaya Herrera.

Durante ese cuatrienio sucedió la guerra con el Perú; la ganamos en el campo de batalla y fuimos derrotados en el campo diplomático, perdimos el territorio que el dictador peruano Sánchez Cerro había invadido a Colombia, y para quienes amamos la verdad verdadera, aún está el eco de los memorables discursos de Laureano Gómez y Augusto Ramírez Moreno, el leopardo invicto, en el recinto del Congreso, fustigando a Olaya por la paz de los perdidos.

Cualquier parecido con la paz con la guerrilla no es casualidad, es la repetición de la historia con el protagonismo del mismo Partido.

Durante el mandato de Olaya Herrera también hizo carrera el reparto de la mermelada, para comprar las conciencias de quienes siempre la tienen en subasta; nació el lentejismo y lo que, en su momento, se llamó el romanismo; y hoy, una vez más, se repite la historia.

Luego vinieron: el gobierno de El Tío, con las matanzas de Gachetá y el viejo Caldas; los dos gobiernos de López Pumarejo, con los hijos del ejecutivo, la Handel, el crimen de Mamatoco y el golpe de Pasto; la llegada saludable y refrescante del Alberto LLeras Camargo; la presidencia de Ospina Pérez,  el 9 de abril de 1948, la reivindicación de su abuelo, con su constancia esa sí histórica, "Para la democracia colombiana, vale mas un Presidente muerto, que un Presidente fugitivo"; la elección de Laureano Gómez; el 13 de junio que trajo la dictadura de Rojas Pinilla, con SENDAS  y la Nena, Samuel Moreno Díaz, la matanza de la plaza de toros; luego la Junta militar; después el oasis del Frente Nacional y sus cuatro Presidentes; la guerrilla liberal con Guadalupe Salcedo, Dumar Aljure, Sangrenegra y Desquite, y Tirofijo, el cura Pérez, y como no podía faltar el guerrillero conservador, Efraín González.

Luego llegó al Palacio de San Carlos, Afonso López Michelsen, con la Hacienda de la Libertad, y dando un salto en la historia, el cuarteto fatídico, Santofimio, Samper, Serpa y Santos con los asesinatos de Luis Carlos Galán Sarmiento y Álvaro Gómez Hurtado y la fementida paz con la guerrilla.

CÓMO DUELE COLOMBIA.

Para terminar y cerrar con broche de latón, nos tenemos que tragar la rueda de molino del autor de la memoria histórica de Colombia que, enajenado, afirma que la violencia en Colombia nace con Laureano Gómez, la Iglesia Católica y el Partido Conservador. ¡Que cinismo!  

Pregunto: ¿Qué cuota de responsabilidad histórica le cabe a los autores intelectuales de la conspiración septembrina y a los electores de José Hilario López en el origen de la violencia partidista en Colombia?


1 comentario:

  1. Como nos duele Colombia Peloecaña y más ahora con esa dizque tal consulta ANTI-CORRUPCIÓN. Varios motivos, acá están y para que después no se quejen los que participen en ella, de forma inútilmente. Mejor es no salir a votar. ¿Para qué? ¡Para perder tiempo! Ojo.

    https://youtu.be/RwtNuoSIo00

    NO Y 7 VECES NO A LA CONSULTA ANTICORRUPCIÓN (Titulo del Vídeo).

    Y, antes de salir: No olviden que así sean que voten en pro o en contra, los mismos corruptos - mermelados siguen ganando jugosas pensiones. Para ser más claros, esta consulta tiene tintes corruptos en el fondo y siguen surgiendo preguntas, sospechas y mejor paremos de contar. Para no desengañar a sus participantes para antes o peor -para- después. ¡Que tal! Profesor Peloecaña a destapar esta otra olla podrida. Si Alvaro o Ivan no se atreven, nosotros el Pueblo, lo hacemos.

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