miércoles, 8 de mayo de 2019




LOS  CIEN AÑOS DE ÁLVARO GÓMEZ HURTADO


Por Peloecaña

Voy a escribir este artículo, con mucho temor, pero con la certeza de dar de mi, lo mejor de mi cosecha. El tema lo amerita y lo exige, y el corazón y el cerebro me lo piden ahincadamente; que Dios me asista.

Me crié  bajo la tutela de un conservador benemérito, integral y absolutamente racional, y cuando el doctor Laureano Gómez Castro ejerció la jefatura del conservatismo, con tino, valor cerril y audacia sin parangón, mi padre se ufanó de tener tan insigne jefe y conductor incomparable; pero cuando hubo de ser testigo del injusto ataque contra don Marco Fidel Suárez, el hijo de La Bandera, proferido por el "monstruo a quien  solo se puede amar u odiar", al decir del Maestro Guillermo Valencia, que causó honda pena al más ilustre de los filólogos de habla hispana y al más pulquérrimo de quienes han ejercido la política, el autor de Los Sueños de Luciano Pulgar, ataque aleve que lo llevó a renunciar a la Presidencia de la  República, mi padre no odió al monstruo, porque en él nunca cupo esa pasión, pero si se apartó de su égida.

El grupo de Los Leopardos, élite de privilegiados disidentes que integraron Augusto Ramírez Moreno, Silvio Villegas, Eliseo Arango, Fidalgo Hermida, Manuel Serrano Blanco y José Camacho Carreño, fue entonces ejemplo a seguir por mi padre.

Nunca la política en Colombia tuvo tanto brillo y tanto esplendor como el que le imprimieron Los Leopardos, ni tampoco el parlamento de la Patria tantos motivos de orgullo y satisfacción.

Los hombres libres no aceptan la disciplina para perros.

Porque  me levanté a la sombra de una frondosa ceiba, ospinista convencido, y  también sin hipotecas espirituales, ni incondicionalidades ciegas rayanas en  el servilismo y lejos de  la renuncia a la autonomía de la voluntad, me enorgullezco de mi estirpe.

Por eso no nací alvarista; me ocurrió lo de Saulo de Tarso, pero un rayo de luz, me llevó a conocer y admirar, sin ahorros ni titubeos, al más grande de todos los connacionales, el doctor Álvaro Gómez Hurtado.

No intento siquiera su defensa, porque no tiene de que defenderse, e igual que todos los hombres grandes de la historia, su apología es su vida propia, sus ejecutorias, llenas de abundancia y  generosidad, todo al servicio de los demás.

Gocé de su trato y nutrí mi espíritu y mi intelecto, siguiendo sus pasos y su ejemplar recorrido por la vida. Para la posteridad quedó su talante, y a él como a ninguno se le pueden aplicar las palabras que el cura de Choquehuanca le dirigiera al Libertador: doctor Álvaro Gómez Hurtado, "con los siglos, su gloria crecerá, como crecen las sombras cuando el sol declina".

La estulticia de sus asesinos intelectuales y materiales solo generó la consolidación de la grandeza del  ilustre sacrificado y la desnudez moral de sus verdugos que, para desgracia de los liberales buenos y probos, que son muchos, pertenecen a esa colectividad Serpa y Samper, Montealegre y la casta de los Santos Calderón, los nietos de Calibán.


5 comentarios:

  1. Este es un artículo para guardar no sólo por su contenido sino también por la elegancia en el manejo del idioma. Reverencia con profundo respeto y admiración. Soy una de las personas que aprendió a admirar y a valorar al Dr Álvaro Gómez Hurtado después de muerto. Antes fui víctima de las aleves tramas que desvirtuaban la verdadera imagen del gran hombre. Otro destino sería el de Colombia si Álvaro Gómez Hurtado hubiese podido ser presidente de este país. Los opositores malvados se valieron de la lamentable sombra que su padre dejó sobre él. Felicitaciones, Peloecaña.

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  2. No tuve edad para seguir al Gran Laureano, pero sí a ALVARO, digno hijo del Monstruo, hasta muchos años después de su vil asesinato y propuesta de su ACUERDO SOBRE LO FUNDAMENTAL. Gracias, Maestro Peloecaña.

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  3. Aunque porté foto en mi "Lambreta" durante su campaña presidencial,sólo una vez estuve en una reunión privada con el Dr. ALVARO GÓMEZ y me pareció "distante" y habría podido ser el MEJOR PRESIDENTE EN LA HISTORIA DE COLOMBIA, si hubiera sido "próximo", como AUV!

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  4. Artículo escrito con muy buen nanejo del idiomaby sinxera admiración por el ilustre mártir Alcaro Gómez Hurtado.

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  5. Así digan lo que digan, ¡El país es una colcha de retazos! ¡Así lo dejo Juhampa, el peor presidente de toda su historia! Como sera que jamás le ha servido, ni siquiera ni su dizque premio Nobel de Paz y ni que hablar su libro! Es que ver su pluma a muchos les produce fastidio.

    A nombre de Alias Juhampa hoy ya Cocalombia, siguió, sigue y seguirá fraccionado en izquierda, centro izquierda y ultra-izquierda y no muy buenas que digamos y en derecha, centro derecha y ultra-derecha que tienen algo bueno, pero no da a vasto. ¡Así lo dicen las encuestas legales también! Tenaz.

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