MARIA FERNANDA CABAL MOLINA
Por Peloecaña
La política colombiana siempre ha tenido mujeres excepcionales, que la han
ejercido con protagonismo relevante y que, sin duda, han dejado
huella imborrable en toda nuestra historia.
La lista es larga y en ella aparecen figuras fulgurantes en todas las
épocas de nuestro devenir histórico, desde los albores de la independencia
hasta nuestro días y, en esa pléyade de mujeres notabilísimas, las hay
militantes de distintas ideologías y partidos; con algunas de ellas comulgamos
con satisfacción y orgullo, y de otras nos reservamos el derecho a disentir.
En la lid democrática contemporánea hay una dama, que rutila con luz
propia, por sus dotes excepcionales, por su solvencia moral, por su solidez
académica y por su talante único, que la han llevado a ser siempre protagonista
y jamás supérstite ni segundona. Ejemplar su osadía y audacia y admirable
su congruencia y su sindéresis y su firmeza de carácter.
Sus virtudes que ahí están, abiertas, evidentes, patéticas, la hacen
controvertible y polémica, pero nunca indiferente a los ojos de la opinión.
María Fernanda Cabal Molina, mujer de hermosura plena, por dentro y por
fuera; de recia contextura académica; de empenachada solvencia moral; de valor
indeclinable, como Juana de Arco, o Policarpa Salavarrieta, que ancla sus
opiniones siempre en roca inconmovible, anclaje que le permite soportar
temporales y embates de tormenta, por la realidad de sus decires, nunca
modifica sus puntos de vista, no por terquedad u orgullo mal fundado, sino
porque la asiste la fortaleza implícita en la verdad verdadera.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero hay circunstancias en
las que comparar es inevitable, para realzar más la razón de la
prominencia de una idea.
Si, de manera desprevenida y justa, observamos el panorama político nacional
vamos a toparnos con la realidad incontrastable de la existencia afortunada y
el protagonismo evidente de María Fernanda Cabal, quien, sin pretender ni
buscar preeminencia alguna, está siempre en la cima del diario devenir del
medio en el que le corresponde actuar.
Nunca a ella le cabe la sentencia apocalíptica: "porque eres tibia te vomito". Es solo ardentía y de la
mejor.
Sus ejecutorias son su mejor carta de presentación ante adeptos y
detractores; siempre ha cumplido las responsabilidades que en buena hora decide
asumir, y se distingue por su objetividad meridiana y su sindéresis ejemplar.
Siempre será confiable, su alma no tiene pliegues ni sinuosidades.
Por lo anterior, considero, con la confianza que da la certeza de
atinar, que ella, María Fernanda Cabal Molina, es una de las reservas morales,
intelectuales y políticas más promisorias de Colombia.
Sin duda supera, con clarísima ventaja, a todas las que ejercen la
nobilísima empresa de buscar el bien común y la realización del interés
general, por encima de cualquier apetencia personal o individual.
Ojalá los colombianos, a quienes nos gusta intervenir en asuntos públicos
tengamos todos el sentido común para escogerla como la persona más calificada,
para regir los destinos de esta patria lacerada, de este país descuadernado y
de esta nación en trance de inviabilidad.
Que por primera vez en mucho tiempo sea la escogida por el ciudadano de a
pie, y no por caudillos que, reiteradamente, nos han convocado a
equivocarnos.
Así como acertamos al elegir la Vicepresidente, que volvamos a tener éxito
en la elección del primera mujer Presidente de Colombia.
Mujeres de mi tierra, ustedes tienen la llave para abrir esa promisoria
puerta de auténtica paz, de maternal querencia, de sabiduría implícita que
llevan todas en el alma. En esa empresa apasionante, estaremos luchando
hombro a hombro con la belleza de sus almas y la donosura de su espíritu, para
que Colombia sea mejor. Bien vale la pena.
¡Que viva el matriarcado!
Excelente entrega. María Fernanda Cabal es la esperanza para la patria y las instituciones. Presiento que la reconstrucción de Colombia está en manos de una mujer pero una mujer como MARÍA FERNANDA CABAL. Gracias Peloecaña.
ResponderEliminar¡Claro que María Fernanda Cabal, como Paloma Valencia, Paola Holguin, etc., todas son policarpas salavarrietas, pero con tanta mediocridad de este gobierno de Iván Duque, que ni timón ya tiene, para gobernar, quedan en parte obnubiladas! Como estará la iniquidad, que hasta el Ejército esta inoperante en Cocalombia y lo único que sirve en el país son las hampas y las corruptelas, sobre todo, aquellas socialistas e inclusive las que 'no' hacen parte de la legitima oposición y que no ganaron las elecciones: las liberales, etc! ¡Que siga el Santismo, pues! ¡Que vergüenza! Duque siga el ejemplo de la premier Británica, ¡Renuncie! Asuma la última dignidad que le queda. Y montamos al dr. Rafael Nieto Loaiza, que puede proceder como el presidente estadounidense Truman, tal como debe de ser. Sin titubeos. Y que se quede callado Alvaro Uribe Velez por sus desaciertos. ¡También su/el Centro Democrático puede auto-explosionar! Esto es lo que se ve ya y paremos de contar.
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