sábado, 6 de agosto de 2016

                               MITO DE LA IGUALDAD

Por Peloecaña

El hombre siempre ha buscado lo que no tiene y se niega a aceptar lo que le es propio.

Karl Marx soñó con una sociedad igualitaria, cimentada sobre la desigualdad, porque dividió a los integrantes de esa sociedad en burgueses y proletarios, en explotadores y explotados.

La moda de hoy es la igualdad de género, olvidando sus defensores que el género es uno solo, el género humano; por eso no se han dado cuenta, ni pueden entender, ni mucho menos aceptar que, desde ese punto de vista, todos somos absolutamente iguales.

Pero se han inventado que hombres y mujeres son la misma cosa; léase bien, la misma cosa.

¡Pues no! Según el Génesis, dijo Yahvé: "No es bueno que el hombre esté solo, démosle una compañera". Entonces sumió a Adán en un sueño profundo, le sacó una costilla y creó a Eva. Los hizo a los dos diferentes.

Como la misión de la pareja fue poblar la tierra, "creced y multiplicaos", los hizo anatómica y fisiológicamente diferentes; es decir, Yahvé fue el primer discriminador de la raza humana. Pero antes ya había hecho a los demás animales, macho y hembra, diferentes; desde luego, para que también se reprodujeran.

Como dicen que Dios siempre  hace las cosas bien, por eso nos hizo diferentes anatómicamente a Adanes y a Evas. 

Fisiológicamente también somos distintos; el hombre produce los espermatozoides y la mujer los óvulos y,  si se juntan adecuadamente, resulta de esa unión una nueva vida. Jamás la unión de solo óvulos o de solo espermatozoides concebirá un nuevo ser.

Las mujeres menstrúan, los hombres no; las mujeres lactan, los hombres no; las mujeres sufren con el devenir del tiempo la menopausia, y a los hombres nos atribuyen un acaecer dizque homologable, pero jamás igual.

Se dan cuenta los apologistas de la igualdad de género que la tan ansiada igualdad no es más que una entelequia.

El Padre Llanos, eminentísimo teólogo jesuita, que aún vive y que ya superó los 90 años, hace un símil sencillo y contundente para rebatir la posibilidad del matrimonio homosexual.

Sostiene el sacerdote católico que la finalidad de la unión en pareja de personas de distinto sexo es la procreación y, por ende, la continuación de la especie.

Esta es su comparación: afirma que la pareja heterosexual es como un balero o coca, conformado por un barrilito de madera con huequito en el centro de su base y un palito que entra en ese huequito.

Entonces concluye: los dos barrilitos sin el palito o los dos palitos sin el barrilito, jamás podrán ser balero o coca.  

Las constituciones del mundo occidental establecen la igualdad de las personas ante la ley, y les otorgan la igualdad de derechos. La nuestra no, es excepción.

Dice el artículo 5° de la Constitución Política de Colombia: "El Estado reconoce, sin discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona y ampara la familia como institución básica de la sociedad."

En concordancia lógica y obvia con el artículo citado, el 42° del mismo Estatuto en su primer párrafo establece: "La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por voluntad responsable de conformarla." Esta norma no es dubitativa, ni se presta a una interpretación distinta a la literal y, en ningún caso, riñe con la decisión libérrima de dos personas del mismo sexo que decidan convivir como pareja. 

Continúa el texto constitucional del mismo artículo que en su segundo párrafo reza: "El Estado y la sociedad garantizan la protección integral de la familia."

Por lo visto y actuado, en el manual de convivencia que el Ministerio de Educación, a través de la ministra del ramo, pretende imponer a los padres de familia, ella está por encima de ese mandato constitucional o no representa al Estado.

El articulo 13°, párrafo primero, de la misma Ley de leyes, "norma de normas",  consagra: " Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismo derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica."

Los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, caterva de ignorantes, de insensatos y atrabiliarios que debatieron, discutieron y aprobaron los textos constitucionales citados, en un bache de sensatez y gracias  a un milagro de iluminación divina, fueron los mismos que crearon e instituyeron en nuestra juridicidad la Corte Constitucional y la Fiscalía General de la Nación para que estas dos instituciones, de manera vergonzante y vergonzosa, de un solo tajo eliminen o den por fenecidas las normas que consagran la igualdad de todos ante la ley y la sacrosanta institución de la familia.

El Fiscal General de la Nación y los Magistrados de las altas cortes que le hacen mayoría al Presidente que nos avasalla y  sojuzga, juntos le quitaron la venda a Temis, rompieron el fiel de su balanza y dirigen la espada, que debiera administrar justicia, contra quienes cometen el delito de pensar y opinar diferente a lo que piensa, hace y ejecuta el régimen.  


1 comentario:

  1. Quién dió el derecho a miembros de la ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE, DE maldecir LEYES DIVINAS?? dónde está la protesta de quienes llevan miles de años llevando la voz de estas Leyes Divinas? de la SAGRADA FAMILIA?, por qué para ésta ASAMBLEA NAL CONST. LA FAMILIA DEJO DE SER SAGRADA? BENDITA Y CELESTIAL?

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