JUICIOS A PRIORI
Por Peloecaña
Esta mañana, en la emisión de La Hora de la Verdad, sección Al Oído, una
vez William Calderón colocó las palabras del ex director de la Policía, en las
que se despedía de la Institución, proclamaba su inocencia frente a los cargos
que le endilgan y agradecía a su familia y a sus compañeros la solidaridad
manifestada, el Dr. Fernando Londoño Hoyos se expresó del General Palomino
en los mejores términos y evitando juicios apresurados.
Cuando se refirió al nuevo Director de la Policía, el General Jorge Nieto
Rojas, dejando previa constancia del desconocimiento que tenía de su persona y
de sus antecedentes y ejecutorias como servidor público, se fue contra él lanza
en ristre y lo condenó, sin fórmula de juicio, porque sin ser amigo del General
Naranjo su ascenso a la Dirección no hubiera sucedido, ya que en esa
Institución no se mueve ni una brizna, sin su concepto previo favorable.
Según la personalísima apreciación de Londoño Hoyos, teniendo en cuenta que
el General Naranjo es un bellaco, el General Nieto Rojas es también harina del
mismo trigo y profirió su sentencia inapelable: él también es un bellaco.
Me asalta la duda, si el poder omnímodo del Naranjo es palpable, ¿qué fue
para el Director de La Hora de la Verdad el General Palomino; un sinvergüenza
igual a su hipotético mentor?
Yo tampoco conozco al General Nieto Rojas, jamás lo he visto personalmente,
nunca he cruzado una palabra con él, pero gracias a Dios si conozco de cerca a
su familia y como creo en la genética, espero confiado en la bondad de su
estirpe.
Conocí a Jorge Nieto Linares, el padre de su homónimo y gracias a Dios gocé
de su amistad entrañable.
Oriundo de La Palma (Cundinamarca), formó parte de una familia
destacadísima y prestante; radicado en las breñas de La Peña en el mismo
departamento, conoció a su dignísima esposa, Doña Margoth Rojas, y de ese hogar
nació su hijo mayor, el General Jorge Nieto Rojas y también su hermano menor,
hoy Coronel efectivo y activo de la Fuerza Aérea Colombiana.
También conocí a Don Jacobo Rojas, el abuelo materno del General Nieto
Rojas, un campesino peñuno, tronco
ilustre de esa estirpe y sé de su tíos, también maternos.
Toda su familia solo exuda bonhomía, pulcritud y decencia por todos lados;
de tan buena simiente no puede haber sino frutos buenos, porque el peso de sus
antepasados es un privilegio que nadie puede mancillar.
En el cementerio, en las exequias de Jorge Nieto Linares, padre del hoy
exaltado a la Dirección General de la Policía, se escuchó que él ha sido el
oficial más joven en la historia de esa Institución.
Todo ese legado ancestral pesa como pesa la montaña que vigilante cuida del
pueblo de La Peña.
Por mi talante y por la irrevocable convicción de enamorado de la justicia,
es por lo que no puedo pasar de agache ante tan ignominioso juicio a priori proferido hoy, sin conocimiento
de causa y sin sustento ético alguno, por Fernando Londoño Hoyos, contra el
General Jorge Nieto Rojas.
Pareciera que un sino persiste y terco me persiguiera, para ser yo el cuasi
permanente contradictor de un colombiano insigne que se empeña en dilapidar la
grandeza que le es propia, el Dr. Fernando Londoño Hoyos.
Me desasosiega el ver al Maestro sabio y reconocido, de varias generaciones
de juristas, predicando con sus decires lo contrario que repitió en la aulas
universitarias.
¿Acaso la presunción de inocencia es un embeleco o el in dubio pro reo una mascarada, o el derecho a la defensa dejó de
ser legítimo? ¡Que Dios nos tenga de su mano!
17 de febrero de 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario