miércoles, 17 de febrero de 2016



JUICIOS A PRIORI

Por Peloecaña

Esta mañana, en la emisión de La Hora de la Verdad, sección Al Oído, una vez William Calderón colocó las palabras del ex director de la Policía, en las que se despedía de la Institución, proclamaba su inocencia frente a los cargos que le endilgan y agradecía a su familia y a sus compañeros la solidaridad manifestada, el Dr. Fernando Londoño Hoyos se expresó del General Palomino en los mejores términos y evitando juicios apresurados.

Cuando se refirió al nuevo Director de la Policía, el General Jorge Nieto Rojas, dejando previa constancia del desconocimiento que tenía de su persona y de sus antecedentes y ejecutorias como servidor público, se fue contra él lanza en ristre y lo condenó, sin fórmula de juicio, porque sin ser amigo del General Naranjo su ascenso a la Dirección no hubiera sucedido, ya que en esa Institución no se mueve ni una brizna, sin su concepto previo  favorable.

Según la personalísima apreciación de Londoño Hoyos, teniendo en cuenta que el General Naranjo es un bellaco, el General Nieto Rojas es también harina del mismo trigo y profirió su sentencia inapelable: él también es un bellaco.

Me asalta la duda, si el poder omnímodo del Naranjo es palpable, ¿qué fue para el Director de La Hora de la Verdad el General Palomino; un sinvergüenza igual a su hipotético mentor?

Yo tampoco conozco al General Nieto Rojas, jamás lo he visto personalmente, nunca he cruzado una palabra con él, pero gracias a Dios si conozco de cerca a su familia y como creo en la genética, espero confiado en la bondad de su estirpe.

Conocí a Jorge Nieto Linares, el padre de su homónimo y gracias a Dios gocé de su amistad entrañable.

Oriundo de La Palma (Cundinamarca), formó parte de una familia destacadísima y prestante; radicado en las breñas de La Peña en el mismo departamento, conoció a su dignísima esposa, Doña Margoth Rojas, y de ese hogar nació su hijo mayor, el General Jorge Nieto Rojas y también su hermano menor, hoy Coronel efectivo y activo de la Fuerza Aérea Colombiana.

También conocí a Don Jacobo Rojas, el abuelo materno del General Nieto Rojas, un campesino peñuno, tronco ilustre de esa estirpe y sé de su tíos, también maternos. 

Toda su familia solo exuda bonhomía, pulcritud y decencia por todos lados; de tan buena simiente no puede haber sino frutos buenos, porque el peso de sus antepasados es un privilegio que nadie puede mancillar.

En el cementerio, en las exequias de Jorge Nieto Linares, padre del hoy exaltado a la Dirección General de la Policía, se escuchó que él ha sido el oficial más joven en la historia de esa Institución.

Todo ese legado ancestral pesa como pesa la montaña que vigilante cuida del pueblo de La Peña.

Por mi talante y por la irrevocable convicción de enamorado de la justicia, es por lo que no puedo pasar de agache ante tan ignominioso juicio a priori proferido hoy, sin conocimiento de causa y sin sustento ético alguno, por Fernando Londoño Hoyos, contra el General Jorge Nieto Rojas.

Pareciera que un sino persiste y terco me persiguiera, para ser yo el cuasi permanente contradictor de un colombiano insigne que se empeña en dilapidar la grandeza que le es propia, el Dr. Fernando Londoño Hoyos.

Me desasosiega el ver al Maestro sabio y reconocido, de varias generaciones de juristas, predicando con sus decires lo contrario que repitió en la aulas universitarias.

¿Acaso la presunción de inocencia es un embeleco o el in dubio pro reo una mascarada, o el derecho a la defensa dejó de ser legítimo? ¡Que Dios nos tenga de su mano!

17 de febrero de 2016.


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