lunes, 22 de febrero de 2016








LA HERMENÉUTICA POLITICA

Por Peloecaña

Voy a referirme a un tema aparentemente raro, que goza de esa cualidad de rareza por voluntad de los intérpretes y los interpretados.

La hermenéutica es la ciencia que trata de la interpretación de los textos, especialmente los jurídicos y los bíblicos y en Colombia decidieron ampliarla a los textos políticos, sobre todo a los relativos al régimen de oprobio que padecemos desde los albores de la vida republicana.

Los textos políticos que más han requerido de la ciencia interpretativa son, en un pasado no tan reciente, los mensajes del expresidente López Michelsen, que tuvo unos expertos en la materia, sin duda estudiosos y de mucha alcurnia académica, de cuya escuela el más destacado exponente fue el periodista Yamid Amat, máster y PHD en Lopología, según la bendición o el baculazo dado por el propio expresidente.

Cuando López hablaba, escribía, soñaba u opinaba, siempre había que llamar a Yamid para que si Colombia estaba de buenas, tradujera a buen romance, a léxico inteligible, a español llano las manifestaciones propias de tan elevado chamizo.

Desaparecido el Dr. López Michelsen quedó, para fortuna de la patria, el brillante periodista para que sigamos disfrutando de la guía y faro de las luces interpretativas, de tan egregio pensador y político.

Como los tiempos han cambiado, ahora hay más hermeneutas, como por ejemplo Monseñor Pedro Rubiano, que hubo de explicarnos a los colombianos que la penetración mafiosa a la campaña del “Bojote” se debió a que un elefante invisible para esa cumbre moral, el tal “Bojote”, no le permitió ver tanta ignominia y tanta plata tinta en sangre. 

Vino el lanzamiento de la candidatura del exministro de Defensa del anterior Gobierno, Juan Manuel Santos Calderón, y hasta ahora no ha habido un hagiógrafo, desde luego, tan poco hermeneuta, que nos cuente cuales fueron los atestados del tan pérfido e inepto candidato y cual fue la poción mágica que nos indujo a todos a votar por él.

Pero a Santos también hay que interpretarlo. No obstante estar sideralmente lejos de la inteligencia del Dr. López, pero por la ley de la compensación aventaja al hijo del ejecutivo, en insolvencia moral y en su talante de tahúr y garitero.

Es tan elemental y simple el presidente Santos en el contenido de los textos de sus mensajes, que sin necesidad de curso especial, ni mucho menos, solo a fuerza de escucharlo, oírlo y leerlo, ya nos hicimos expertos hermeneutas todos los colombianos, sus turiferarios y sus contradictores.

La regla infalible es pensar, sentir y padecer que cuando el presidente dice sí, lo dicho es no; cuando dice blanco, hay que oír y leer negro; cuando afirma lo haré, es no lo haré; si estamos en un recinto cerrado donde no hay luz y dice buenas noches, hay que entenderle malos días. Facilísimo, no?

Ejemplos a porrillo:

- Seremos leales a nuestro mentor y a su política de Seguridad Democrática. Traición. 
-Solucionaremos las fallas del Canal del Dique y se acabarán las penurias de los pescadores y vivientes de la zona. Mentira.
- Reconstruiremos a Gramalote. Embuste.
-No habrá diálogos con la guerrilla. Los de La Habana llevan casi tres años.
-Reformaremos la Justicia. El Congreso así lo aprobó y él inconstitucionalmente revocó la reforma.
- No venderemos a Isagen. Y ya se gastó su valor en mermelada.
- Habrá plebiscito gústenle a las farc o no. Y Timochenco reía.
- No habrá proselitismo armado. Y el conejo resultó orejón.
- Vargas Lleras será mi candidato a sucederme. Y ya le montó sindicato de la mesa de unidad a esa candidatura. 
- Se le agota el tiempo a la guerrilla dijo ayer. Y hoy, sin embargo, las partes podremos cambiar la fecha de la firma.

Con todo respeto y consideración invito a mis lectores a que encuentre una sola vez que el Presidente haya dicho algo que haya cumplido.



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