LA HERMENÉUTICA POLITICA
Por Peloecaña
Voy a referirme a un tema aparentemente raro, que goza de esa cualidad de
rareza por voluntad de los intérpretes y los interpretados.
La hermenéutica es la ciencia que trata de la interpretación de los textos,
especialmente los jurídicos y los bíblicos y en Colombia decidieron ampliarla a
los textos políticos, sobre todo a los relativos al régimen de oprobio que
padecemos desde los albores de la vida republicana.
Los textos políticos que más han requerido de la ciencia interpretativa son,
en un pasado no tan reciente, los mensajes del expresidente López Michelsen,
que tuvo unos expertos en la materia, sin duda estudiosos y de mucha alcurnia
académica, de cuya escuela el más destacado exponente fue el periodista Yamid
Amat, máster y PHD en Lopología, según
la bendición o el baculazo dado por el propio expresidente.
Cuando López hablaba, escribía, soñaba u opinaba, siempre había que llamar
a Yamid para que si Colombia estaba de buenas, tradujera a buen romance, a léxico
inteligible, a español llano las manifestaciones propias de tan elevado
chamizo.
Desaparecido el Dr. López Michelsen quedó, para fortuna de la patria, el
brillante periodista para que sigamos disfrutando de la guía y faro de las
luces interpretativas, de tan egregio pensador y político.
Como los tiempos han cambiado, ahora hay más hermeneutas, como por ejemplo
Monseñor Pedro Rubiano, que hubo de explicarnos a los colombianos que la
penetración mafiosa a la campaña del “Bojote”
se debió a que un elefante invisible para esa cumbre moral, el tal “Bojote”, no le permitió ver tanta
ignominia y tanta plata tinta en sangre.
Vino el lanzamiento de la candidatura del exministro de Defensa del
anterior Gobierno, Juan Manuel Santos Calderón, y hasta ahora no ha habido un
hagiógrafo, desde luego, tan poco hermeneuta, que nos cuente cuales fueron los
atestados del tan pérfido e inepto candidato y cual fue la poción mágica que
nos indujo a todos a votar por él.
Pero a Santos también hay que interpretarlo. No obstante estar sideralmente
lejos de la inteligencia del Dr. López, pero por la ley de la compensación
aventaja al hijo del ejecutivo, en insolvencia moral y en su talante de tahúr y
garitero.
Es tan elemental y simple el presidente Santos en el contenido de los
textos de sus mensajes, que sin necesidad de curso especial, ni mucho menos,
solo a fuerza de escucharlo, oírlo y leerlo, ya nos hicimos expertos
hermeneutas todos los colombianos, sus turiferarios y sus contradictores.
La regla infalible es pensar, sentir y padecer que cuando el presidente
dice sí, lo dicho es no; cuando dice blanco, hay que oír y leer negro; cuando
afirma lo haré, es no lo haré; si estamos en un recinto cerrado donde no hay
luz y dice buenas noches, hay que entenderle malos días. Facilísimo, no?
Ejemplos a porrillo:
- Seremos leales a nuestro mentor y a su política de Seguridad Democrática.
Traición.
-Solucionaremos las fallas del Canal del Dique y se acabarán las penurias
de los pescadores y vivientes de la zona. Mentira.
- Reconstruiremos a Gramalote. Embuste.
-No habrá diálogos con la guerrilla. Los de La Habana llevan casi tres
años.
-Reformaremos la Justicia. El Congreso así lo aprobó y él inconstitucionalmente
revocó la reforma.
- No venderemos a Isagen. Y ya se gastó su valor en mermelada.
- Habrá plebiscito gústenle a las farc o no. Y Timochenco reía.
- No habrá proselitismo armado. Y el conejo resultó orejón.
- Vargas Lleras será mi candidato a sucederme. Y ya le montó sindicato de
la mesa de unidad a esa candidatura.
- Se le agota el tiempo a la guerrilla dijo ayer. Y hoy, sin embargo, las
partes podremos cambiar la fecha de la firma.
Con todo respeto y consideración invito a mis lectores a que encuentre una
sola vez que el Presidente haya dicho algo que haya cumplido.
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