sábado, 16 de julio de 2016






A LAS COSAS POR SU NOMBRE

Por Peloecaña

No debemos seguir permitiendo que los periodistas y los medios para los que trabajan nos sigan señalando la ruta y determinando cómo se denominan las personas, animales o cosas, ni aceptando que sus calificativos son inexorables y  dogma de fe.

El caso concreto es la clasificación arbitraria, caprichosa y, lo que es más grave, mentirosa que los comunicadores pretenden, de manera exitosa hasta hoy, de los conceptos paramilitar e insurgente, señalando a los primeros como militantes irredentos de lo que también equivocadamente llaman de derecha, y a los guerrilleros, como facción política justificada y plausible, por estar en el círculo de lo que ellos llaman de izquierda.

Si aceptamos la definición que el diccionario de la lengua española nos entrega, PARAMILITAR es: "( de para y militar) adjetivo, dicho de una organización civil con estructura o disciplina de tipo militar".

Analicemos, entonces, lo dicho por la Real Academia de la Lengua Española, máxima autoridad lingüística reconocida y aceptada por todos del idioma que los colombianos hablamos:

-Las FARC  son una organización  criminal civil.
-Se identifican como "fuerzas armadas", denominación eminentemente militar.
- Su cúpula más alta es el secretariado;  siempre lo llaman comando central, término igualmente militar.
- Sus frentes equivalen a una sección de las partes en que se divide el estamento militar y cada uno tiene un comandante, igual que en la milicia.
- Su jerarquía es vertical y calcada del sistema militar.
- Su disciplina es militar.
- Inician el día con una formación militar, dan parte a sus comandantes como en el régimen militar, rinden relación y se cuadran como militares e igualmente se da la orden de romper filas.
- A pesar ser todos izquierdistaS marxistas leninistas, también sus huestes se llaman tropa y giran a la derecha cuando oyen "a la defrí".
- A los indisciplinados los someten a consejo de guerra.
- Usan casi siempre el mismo armamento que los militares y el uniforme es el mismo.
- Y son narcotraficantes más exitosos que los que los periodistas fletados llaman paramilitares.

Si las FARC  y todas las guerrillas colombianas no son paramilitares, ¡yo soy Simón Bolívar!

La circunstancia que los guerrilleros sean paramilitares como lo demuestro irrefutablemente, sin duda, trae efectos políticos y judiciales evidentes.

Si al doctor Luis Alfredo Ramos Botero lo acusaron, lo procesaron y lo condenaron por hablar con un jefe paramilitar y su recurso de casación, después de varios años de interpuesto, no ha sido resuelto por la más alta cima de la justicia de este país, ¿cuál la razón válida y aceptable para que al Presidente Santos, a los dialogadores de La Calle, Jaramillo, Montealegre, Mora Rincón, Naranjo, Roy Barreras y a todos los que han sido contertulios de timochenco y su estado mayor, paramilitares todos, no hayan sido medidos con el mismo rasero y se les hayan aplicado la misma pena que al exgobernador de Antioquia?

La respuesta es obvia. Porque en Colombia existe legislación sustantiva y procesal diferente para aplicarle a las personas, según su militancia o sus inclinaciones o sus afectos políticos; porque estamos en las peligrosas garras de jueces prevaricadores y porque la justicia en Colombia se ha meretrizado o putiado.  


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