LLEGÓ EL TIEMPO DE LAS DECISIONES
Por Peloecaña
Plinio Apuleyo Mendoza, en su última columna de El Tiempo que titula: "Hay
que doblar la página", y el Dr. Rafael Nieto Loaiza, en su artículo
que aparece en El Colombiano de hoy y que distingue con el título: "La
madre de las batallas", coinciden conmigo en la necesidad de
abandonar el Misere y pasar a la acción concreta, para dar la batalla final
por el triunfo del realismo político, abandonando el ilusionismo santista.
Como todos somos dueños de nuestros atavismos, Plinio Apuleyo le abona
aciertos a Santos en su política de paz, desde luego inexistentes pero
explicables por su solidaridad ancestral con la causa liberal, pero a
continuación escribe de la importancia de producir hechos concretos, tendientes
a planear, organizar y ejecutar una acción política que impida la continuidad
del régimen en el poder.
Mas convincente, pero movido por su atavismo conservador, el Dr. Nieto
Loaiza aboca el mismo tema, pero clama porque empecemos ya a organizar la
batalla final para liberar a Colombia de la alianza funesta Santos-FARC.
Así las cosas, los tres, Plinio Apuleyo Mendoza, el Dr. Rafael Nieto Loaiza
y yo, todos somos conscientes de la necesidad inaplazable de colocar las bases
y empezar la construcción del edificio que será sede de la auténtica y
verdadera democracia en Colombia.
De la urgencia de ese proceso estamos ciertos la mayoría de los colombianos;
aplazarlo o dilatarlo es criminal, de lesa patria.
Desde aquí, con respeto y con vehemencia, quiero invitar a todos los
altísimos dirigentes que son los llamados a llevar la voz cantante, los
portaestandartes de tan apasionante empresa, la de salvar la patria maltratada
y despreciada, a que depongan intereses subalternos y con la generosidad,
probidad y sabiduría que el momento requiere, asuman la consolidación de la
nueva era de nuestra historia.
A todos los dirigidos por esa connotada clase dirigente sensata y
colombianista, los invito a cerrar filas en torno a tan encomiable propósito.
La juventud debe estar en primera fila porque es su futuro el que está en
juego; las mujeres todas, madres, esposas hijas y hermanas no pueden estar
ausentes de tan loable cometido, porque es de su talante de mujeres la
generosidad y el sacrificio, para hacer realidad esos anhelos tan esperados y
necesarios.
Los empresarios que tienen certeza plena de que con las tesis del marxismo
dirigiendo el Estado la justicia social se aplazará indefinidamente, pasará de
ser un anhelo alcanzable a ser un rictus y una mueca.
Los trabajadores han de asumir la defensa de esa causa justa y noble,
porque para todos lo que está en juego es el desarrollo integral y el la
vigencia plena del Estado Social de Derecho.
Los militares y policías de Colombia no pueden seguir siendo actores
pasivos e instrumentos perniciosos de una clase politiquera cínica, que
solo los tiene en cuenta para que les protejan sus prebendas y gabelas, que cree
que hay sacrificar en beneficio de sus apetencias personales,
en detrimento del bien común y el interés general.
Llegó la hora de constituir y poner a andar La Gran Alianza por
Colombia, que nos permita la certeza de una nueva patria, un país integrado
y armónico y una nación con instituciones de las que siempre nos sintamos
orgullosos.
¡Basta ya de tanta depredación, tanta vergüenza y tanta ignominia!
Nuestra obligación indeclinable es contestar ¡PRESENTE!
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