LOS RECEPTORES DE GRANDES ODIOS
Por Peloecaña
Existe un colombiano eximio y epónimo,
receptor de grandes odios: el doctor Álvaro Uribe Vélez.
Sujetos notorios en la política regional,
como el difunto dictador Hugo Chávez Frías y su sucesor y heredero Nicolás
Maduro, que se han cebado haciendo público su odio enfermizo y malsano, contra
el Gran Colombiano.
En Colombia, los admiradores de esos dos
venezolanos hacen lo propio; pero se han propuesto mejorar el punto de los
causantes de la tragedia humana del hermano país y por eso amplían
su odio al expresidente ilustre, por mil títulos, extendiéndolo a sus
familiares más cercanos, sus hijos y su hermano; ellos son:
El exalcalde de Bogotá, Petro Urrego,
conocido de autos por su nefanda y nefasta gestión administrativa al frente de
los destinos de la Capital de la República; el senador Cepeda, el hijo del
guerrillero; la exsenadora Claudi? Nayibe López; el senador Robledo; los
periodistas Daniel Coronel, María Jimena Duzán, Antonio Caballero Holguín el hombre
que no tiene amigos, el proxeneta mayor Daniel Samper Ospina, y otros
columnistas, todos, de la revista Semana.
También hay escritores fletados de El
Tiempo, cuyo propietario sigue siendo el mayor contratista de obras públicas de
Colombia, y que no se resignan a perder la dosis de mermelada de la
que por ocho años disfrutaron a discreción; y, desde luego, la lista es aún más
extensa.
Con ese odio cerval, mezquino y reticente,
contrasta desde luego, la admiración y el respeto que el pueblo colombiano,
agradecido, le sigue profesando al expresidente de "ayer, de hoy y
de siempre".
Pero la suma de todo ese sentimiento de
rencor y malquerencia la supera un solo colombiano notable, y aunque usted
no lo crea, ese sentimiento acumulado por todos los detractores de Uribe es
mínimo comparado con el odio que le genera a ese personaje el actual
Alcalde de los bogotanos.
Y esta es la síntesis de esa expresión de
tan negativo y enfermizo antivalor: según afirmación reciente, del
malqueriente del alcalde Peñalosa, logró lo que Maduro aún no ha
logrado en Venezuela, y lo que Petro propone: La abolición de la propiedad
privada en la patria del Dr. Álvaro Uribe Vélez.
¡Maestro, Peloecaña, mejor pongamos a los receptores de odios al Centro Democrático, a la derecha, a la ultra-derecha y a los independientes!
ResponderEliminarSi, esos mismos que ganaron el Plesbiscito, que se les robaron sus elecciones y que les siguen dando palo, sin ser los culpables, por el lado de la Izquierda, ultra-izquierda salvaje, si esos mismos, comunistas, izquierdistas, socialistas y minoría de la oposición acompañada de narco terroristas como lo son las farc-ep, eln, epl, m19, con la sombra del foro de sao paulo, la alianza verde y el polo, dizque democrático! Casi nada, ¿No, es así? Tal cual. Y todos estos rebeldes, tirandole a un gobierno, que recibió un país quebrado o hecho trizas.
Ya es hora de que el señor presidente Iván Duque, ya se hubiese reunido con todos los rectores de las Universidades del País y mostrarles de como la Caja menor y Mayor están vacías prácticamente.
Por todo esto fue que queríamos a alguien con mano más dura en la presidencia.
Al Dr. Rafael Nieto Loaiza. Por esto mismo le damos una calificación de 1.4 sobre 5 y a los ministros de 1.5 sobre 5. ¡Mal! para no decir ¡Pésimo!
Y continuamos varios sin entrar al Chat de la Hora de la Verdad, desde aquel 7 de Enero que comenzaron a tratarnos como spam saboteadores y ahora si, con razón no lo haremos, sin la presencia de Monserrat Fernández. Si existe una persecución indebida contra el Dr. Andres Felipe Arias, creemos que también lo hacen, algunos infiltrados en la hora de la verdad, tras los equipos de transmisión.
No los conocemos y ni señalamos a nadie.
Pero en Colombia ocurre de todo y muchos puntos no buenos, sea acá en el país o allá en el extranjero.
Saludos a los de la Mesa de trabajo de dicho medio informativo de RCN y al administrador de este interesante blog.
Corrección: Duque, frente al problema de las Universidades, calificación: 1.4 bajo 5.0. ¡Que vergüenza! y entre otras notas malas más.
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